La raza sayaguesa, apreciada por su carne y en peligro de extinción.
Volver al listadoEn la actualidad están registrados unos 2.000 ejemplares, casi un centenar de ellos en la Dehesa Almariego de Ciudad Rodrigo.
No son más de 2.000 los ejemplares de raza sayaguesa que están catalogados en la Península Ibérica, especialmente en Castilla y León, una circunstancia que provoca que esta raza autóctona esté considerada en peligro de extinción.
En la Dehesa Almariego de Ciudad Rodrigo, Salamanca, se crían casi un centenar de estos animales que se definen como una de las razas bovinas más antiguas de Europa y genéticamente, muy próxima al uro.
Alberto Sánchez, representa a esta familia de ganaderos de Dehesa Almariego, y destaca que cuando se decantaron por la cría de esta raza hace varios años tuvieron en cuenta «criterios de fácil manejo, es rústica y resistente y se adapta perfectamente a la dehesa». Valoraron, además, ofrecer «algo nuevo y diferente», sin dejar de lado otros factores medio ambientales y de proximidad al territorio.
En palabras del ganadero «la carne de sayaguesa está considerada una de las mejores del mundo» y la coloca, debido a su grado de grasa infiltrada, al mismo nivel del Wagyu japonés o del Angus americano.
«Tiene cualidades muy saludables porque contiene altas cantidades de Omega 3, Omega 6 y Omega 9 y bajos niveles de grasas saturadas, lo que hace que sea una carne beneficiosa para la salud cardiovascular».
Sánchez también indica que las características de infiltración o maduración que la proporcionan un sabor intenso, agradable y homogéneo «hacen que sea apreciada en la alta gastronomía». En su caso, al menos de momento, han optado por una distribución directa y ofertan su producto a través de su página web.
Estas producciones, que cuentan con el sello de calidad 'Carne de Raza Sayaguesa', se deben ajustar a unos parámetros de «excelencia y calidad» y es la Asociación Española de Criadores de Ganado Bovino de Raza Sayaguesa quien «vela por los intereses de la raza y nos ampara a los ganaderos», concluye.